Como explícita, llamamos a algo que se expresa o se comunica de una manera clara y precisa, sin ambigüedades o imprecisiones. Es algo que es claro, claro u obvio. La palabra, como tal, proviene del latín explicĭtus.Es explícito, por ejemplo, un mensaje que transmite claramente su significado e intención, sin ocultar nada, sin segundas intenciones o capciosa retórica.
Cuando nos comunicamos tenemos una cierta intención. Por lo tanto, a veces queremos ser entendidos con claridad y, a veces pretendemos ser ambiguos o diplomáticos. Si alguien me propone algo y yo respondo «No tengo ganas», estoy siendo explícito con mi respuesta. Por otro lado, si antes de la misma propuesta no doy una respuesta concreta, recurro a alguna fórmula evasiva (por ejemplo, «tengo que pensar en ello»). Usamos una estrategia u otra dependiendo del contexto de la comunicación y dependiendo de nuestra intención de hablar.

La noción de explícito se usa a menudo para calificar los contenidos de películas, programas de televisión, registros y otras obras. De esta manera, es posible diferenciar entre el material que sugiere ciertas situaciones (como un asesinato o una relación sexual) y el que exhibe las acciones directamente (que muestra cómo un cuchillo perfora el cuerpo de alguien y la sangre fluye, o el cuerpo desnudo de los protagonistas).
Lo habitual es que las obras con contenido explícito incluyan una advertencia para que los padres puedan determinar si es conveniente que sus hijos tengan acceso al material. Las películas, en este sentido, tienen diferentes calificaciones (no apto para niños menores de 18 años, apto para todos los públicos, etc.), mientras que las letras explícitas tienen una leyenda que recomienda supervisión parental («Aviso parental: Contenido explícito», en inglés) .
Una ironía, una sátira, son exactamente lo opuesto a este tipo de mensaje. En la comunicación explícita hay sinceridad, apertura, simplicidad y espontaneidad. Dice qué es y cómo es, dice o escribe lo que siente y cómo se siente, sin palabras que ocultan la verdad.
Este concepto también es fundamental en el caso de la comprensión de textos, ya que cuando hay tal información, al leerla no hay dudas sobre lo que se está expresando, su significado es evidente y preciso. Por lo tanto, no hay lugar para dudas o debates.
Esta es la razón por la cual este tipo de textos es el que se usa en el periodismo, particularmente en noticias y crónicas. Allí, debido a la importancia de brindar información confiable, los hechos no pueden tergiversarse, deben exponerse tal como han ocurrido, de manera objetiva, transparente y manifiesta. Seguir un orden de exposición y usar un lenguaje accesible para todos los lectores.