La palabra tanteo se define como la acción de tantear; entendiéndose que el término tantear se puede concebir de dos maneras: la primera se refiere al cálculo que realiza una persona para determinar el peso, la cantidad, el tamaño o el valor de un objeto de manera aproximada, según su aspecto o amparándose solo de los sentidos. La segunda se refiere al intento de descubrir de manera cuidadosa o disimuladamente, las pretensiones de una persona frente a una situación, para proceder en consecuencia.
Sin embargo, este vocablo puede tener diversos significados, esto va a depender del ámbito en el que sea aplicado.
En el contexto legal, existe un término denominado derecho de tanteo, el cual hace alusión a la capacidad que tiene una persona de exigir a otra, con relación a la compra venta de un bien en especial, que se lo expenda a él, por el monto ya establecido con un tercero. Por ejemplo, el arrendatario de una vivienda, será la primera opción en caso de que el propietario del inmueble quiera venderlo, y el precio de venta será el mismo que el propietario haya acordado con un posible comprador.
En química, el tanteo es visto como un método utilizado básicamente para buscar el equilibrio de una reacción química de manera rápida, en ecuaciones simples y completas, de tal manera, que dicho proceso no demore el procedimiento principal por el cual se solicite este balanceo. El método de tanteo solo busca modificar los coeficientes de ambos lados de la ecuación, hasta que satisfagan las condiciones de balance de una masa. Algunos de los pasos para lograr el balanceo correcto son: primero se iguala el elemento que interviene con mayor oxidación en valor absoluto. Luego se prosigue de forma ordenada con los elementos que participan con menor oxidación. Cuando la ecuación contenga oxígeno, se debe balancear el oxígeno en primera instancia. Si la ecuación contiene hidrógeno, entonces convendrá balancearlo en última instancia.
